Ese pueblerino que se va de vacaciones a Mallorca y decide llevarse a su cabra con él, pero en el mismo momento que va a embarcar felizmente con su cabra, el capitán del barco le dice:
-¡Perdone!... Pero la cabra no puede subir al barco, sólo se permiten perros.
El pueblerino se da la vuelta y se va. En eso se encuentra a un amigo y éste le dice:
-Pero...Pepe, ¿no te ibas con la cabra a Mallorca?.
Y Pepe le responde:
-Si, si pero el capitán del barco me ha dicho que la cabra no puede embarcar, que sólo permiten que suban al barco perros.
Y el amigo le dice:
-Pues pinta de negro a la cabra, le pones un bozal y si te preguntan les dices que es tu perro.
El pueblerino, compra un bote de pintura negra y un bozal, pinta al animal de negro y le coloca el bozal y se va al barco otra vez.
Al llegar al barco, va a subir el hombre con su cabra y el capitán le vuelve a decir:
-¡Oiga! ya le he dicho antes que la cabra no puede subir al barco.
Y el pueblerino le dice:
-Pero ¿qué cabra ni que cabra?. Este es mi perro ¿es qué no lo ve?...
El capitán del barco sorprendido le dice:
-¿Su perro?...Y los cuernos ¿qué?.
A lo que el pueblerino responde visiblemente ofendido:
-¡Haga el favor de no meterse con la vida personal de mi perro! ¡Por favor!.
